DE NUESTRA MEJOR PLUMA

"Listo para largar"

Supo decir el Flaco Traverso que para que pasen algunas cosas, tenían que participar un boludo y un hijo de puta. Se refería puntualmente a la famosa maniobra con el Pato Silva en San Juan, adjudicándole al chaqueño el rol de boludo y asumiendo sin medias tintas el papel de hijo de puta.

Vivo o mala gente podrían aplicarse también, si a alguien no cayera del todo bien la puteada. Creo que cualquiera de los apelativos se corresponde con la contraparte de la historia que me involucra a mí, claramente, como "el boludo".

Nunca compres un auto de carreras parado en un taller. Aunque te digan que está listo para largar y te pinten como una maravilla la "calabaza" que, al fin, te llevaste contento, en tu buena fe. Yo, que no entiendo de tuercas ni de llaves, compré aquello que, me dicen, alguna vez fue un buen auto. A la hora de traerlo para Lomas de Zamora, ya no lo era. Cosas que pasan.

No sé si aquella gente lo llamaría de algún modo. Hoy, es el "Listo Para Largar". Renacido a partir nuestras ganas, del apoyo de los Compañeros del Movimiento Evita, del cariño, la sabiduría y la pasión de José Luis y Adrián Hirth, de la buena onda de Diego Correa, del impulso irrefrenable de Marcelo Esporas y el respaldo de Rubén Vitali, Enrique Lamas, Guillermo Perrone, los López, los Ruibal y Daniel Urquía. Tipos que te hacen sentir orgulloso de pertenecer.

Yo, feliz de haber vuelto y que Matías haga lo que le gusta rodeado por ellos con naturalidad. Aprendiendo y creciendo, Mati hizo dos podios. Yo no estuve a la altura, pero llegamos en todas.

El "Listo Para Largar"?: enderezadito, puesto en valor, con la trompita que le hicimos nosotros, pronto a calzar una gomitas que reemplacen aquellos "cuatro bagres" que se que te jactaste de haberle puesto antes de dármelo. Ya no es aquella calabaza golpeada, torcida y desalineada que me traje incompleta de La Matanza.

No hay mal que por bien no venga, dicen. Por cada hijo de puta, y para cada boludo, hay puñados de buena gente que ayudan a acomodar las cosas para el lado de los buenos.

Salute.